El documento critica duramente a la Federación Mexicana de Fútbol y a los dueños de los equipos por anteponer sus intereses económicos al desarrollo del fútbol mexicano. Señala que pusieron a jugar a jugadores lesionados o fuera de forma solo para promover sus cartas y ganar dinero, afectando el rendimiento de la selección en el Mundial. Pide a los aficionados dejar vacíos los estadios durante seis meses para presionar por cambios en la gestión del fútbol mexicano.